Las actividades son
la parte fundamental para poder adquirir los objetivos que se enunciados en
cada unidad didáctica propuesta por parte del equipo docente. Como ya hemos
comentado, se pueden distinguir diferentes tipos de actividades mencionadas
anteriormente. En este apartado, se trata de explicar de qué se compone el
diseño de una actividad de una unidad didáctica. Componentes:
1.
Objetivos de la unidad y de la
actividad:
Los objetivos,
tanto de la unidad como de la actividad, responden a la pregunta de qué
queremos conseguir, qué habilidades pretendemos que los alumnos adquieran. En
primer lugar, debemos diferenciar entre objetivos de una unidad didáctica, y
objetivos de una actividad en concreto.
-
Los
objetivos de una unidad didáctica: Se refieren a aquellas capacidades que los
alumnos deben alcanzar al final de cada unidad didáctica, y por tanto, al final
de curso. Se refieren a diferentes aspectos: cognitivos, corporales, afectivos,
sociales y morales. Aunque normalmente se diferencian según el área que se
quiere trabajar, se suelen dar simultaneidades. Se establece una jerarquía de
la siguiente manera:
·
Objetivo
más amplio.
·
Objetivo
específico.
-
Los
objetivos de una actividad: A diferencia de los objetivos de una unidad
didáctica, los objetivos de una actividad son aquellas capacidades que se
quieren alcanzar al finalizar dicha actividad. La actividad, en la mayoría de
los casos, está integrada en una unidad didáctica, y por tanto, los objetivos
suelen estar íntimamente relacionados. Igualmente, también se diferencian entre
objetivos generales y objetivos específicos.
Los objetivos, ya
sean del tipo que sean, se formulan SIEMPRE con el verbo en infinitivo. Además,
éstos responden a las necesidades del grupo de alumnos con el que se va a
trabajar.
|
2.
Competencias desarrolladas con
esta actividad:
Ya sabemos que en
los ciclos de Educación Infantil no se programa por competencias, sino por
contenidos. Pero aún así, para otros niveles, las competencias están marcadas
por el currículo de cada comunidad autónoma. Normalmente, se establecen las
competencias en comunicación lingüística, en competencia matemática,
competencia en el conocimiento y la interacción en el mundo físico, la
competencia en el tratamiento de la información y competencia digital,
competencia social y ciudadana, competencia cultural y artística, competencia
para aprender a aprender y competencia en autonomía e iniciativa personal.
En cada
competencia básica a adquirir, se establecen un proceso:
-
Contenidos
de la materia.
-
Desarrollo
de capacidades. (Objetivos de etapa)
-
Aplicación
práctica de las capacidades.
Además, cada
capacidad tiene una serie de componentes:
-
Habilidades.
-
Actitudes
y valores.
-
Estrategias
de aprendizaje.
Por tanto, y en
conclusión a esto, los componentes de una competencia básica son:
-
Contenidos
de la materia.
-
Habilidades.
-
Actitudes
y valores.
-
Estrategias
de aprendizaje.
3.
Contenidos a trabajar dentro
de la actividad:
Los contenidos a
trabajar responden a la pregunta de qué queremos enseñar, son el objeto del
aprendizaje, y parten de los objetivos propuestos, están estrechamente
relacionados y ambos se reconocen de forma clara. A menudo, los contenidos a
trabajar dentro de una unidad didáctica suelen ser más generales, concretándose
en cada actividad propuesta. Sucede de la misma forma que con los objetivos. En
educación formal, los contenidos a trabajar, al igual que los objetivos
generales a conseguir, se extraen del currículum correspondiente, de forma
general, y de las diferentes áreas que se van a trabajar. Además, se ha de
tener en cuenta también las unidades didácticas abordadas anteriormente, y las
siguientes. Para no caer en la repetición, habrá que programar las diferentes
unidades didácticas, y asegurarnos de que durante el curso y/o el ciclo, se
hayan trabajado todos los contenidos necesarios.
No hay que perder
de vista los principios metodológicos por los que se rige la enseñanza en
Educación Infantil: Principio de seguridad y confianza, principio de no
sustitución, principio de globalización, principio de aprendizaje
significativo, principio de motivación, principio de creatividad, principio de
actividad lúdica, principio de utilización didáctica de rutinas, principio de
individualización y principio de socialización. Aunque en Educación Infantil no
se programa por competencias, este apartado está íntimamente relacionado con
ellas (apartado 3). Los contenidos que se trabajan en una unidad hacen
referencia a aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales.
A la hora de
programar los contenidos, se deben tener en cuenta las diferencias entre
alumnos de un mismo grupo, y la adaptación de los contenidos a los distintos
ritmos de aprendizaje. Esto se tratará en el punto siguiente. (Apartado 5).
4.
Metodología:
La metodología
responde al cómo se van a llevar a cabo las actividades propuestas dentro de
una unidad didáctica.
a. Adaptación
de la actividad al nivel de desarrollo del alumno: Se trata de plasmar la atención a la
diversidad. Cada alumno tiene un nivel de desarrollo distinto a otro, y por
tanto, la actividad deberá estar adaptada, aunque no sean adaptaciones
significativas. Además, si hubiera niños con necesidades educativas especiales,
podrían plasmarse en este apartado, aunque normalmente se incluyen en un
apartado aparte. Por otro lado, hay que tener en cuenta, no solo el desarrollo
individual, sino el nivel de desarrollo grupal, y adaptar los objetivos y los
contenidos a las edades de los niños.
b. Dinámica/s
a emplear: Se
trata de planificar y desarrollar qué técnicas se van a utilizar para llevar a
cabo la actividad, para trabajar los contenidos propuestos y para que el
alumnado consiga los objetivos marcados.
c.
Distribución de recursos
materiales y humanos. (Organización del aula, organización de grupos,
material…): En
este apartado de la metodología, se debe presentar la organización y
planificación del desarrollo de la actividad. Esto quiere decir que debe
tenerse en cuenta:
- La organización del aula: Debe
describirse la distribución de los espacios y los materiales inventariables,
como mesas y sillas. Qué espacio se va a utilizar en cada momento de la
actividad y lo que se va a usar en él.
- La organización de los grupos:
Teniendo en cuenta las características del grupo de alumnos con el que vamos a
desarrollar la actividad programada, tenemos que especificar cómo vamos a
organizar a los niños para el desarrollo de la misma: gran grupo, pequeño
grupo, de forma mixta… Y cómo y cuándo les vamos a dividir, con qué criterio,
etc.
- Material: Al igual que en los
casos anteriores, debemos especificar cuál será la organización del material:
En qué momento se dispondrá de él, quién lo seleccionará y por qué, para qué se
va a usar, etc.
d.
Desarrollo de la actividad: Este apartado de la programación
puede ser el eje de la actividad. En él se describirá la actividad paso por
paso, con todos los detalles posibles y las dificultades a encontrar, y por lo
tanto, también las posibles soluciones. Es un buen momento para apuntar las
adaptaciones a realizar para alumnos con necesidades educativas especiales, o
simplemente, las adaptaciones que se puedan realizar según cada niño. Ha de
tenerse en cuenta el tipo de actividad que se va a realizar, y cómo queremos
que se lleve a cabo.
e.
Hoja de instrucciones básicas:
(NO SABEMOS QUE TENEMOS QUE PONER AQUÍ) Una hoja de instrucciones consiste en
eso mismo un resumen de lo que trata la actividad para tener el profesor en el
mismo momento de iniciar la actividad, a modo de chuleta para que no se le
olvide ninguna indicación, o bien una
hoja para entregar a los alumnos (si saben leer), con unas reglas sencillas de
la actividad.
5.
Materiales:
Los materiales, o
los recursos materiales, son los medios físicos y concretos que ayudan a
conseguir los objetivos planteados. Responden a la pregunta “con qué” realizar
la actividad propuesta. Los materiales didácticos ayudan a conseguir los
aprendizajes.
a.
Fungibles. (Papel, pinturas, pegamento…): Los materiales fungibles son aquellos
materiales que se desgastan con el uso. Suelen adquirirse, o bien antes, o bien
durante la realización de la actividad, dependiendo de la duración de la misma.
Una lista de materiales fungibles para educación infantil puede ser: Pinturas
de madera, ceras, ceras blandas, lápices, témperas, pegamentos en barra, cola,
cartulina, gomas, plastilina, gomas, folios, rotuladores, papel continuo…
b.
Inventariables. (Los que no se gastan en pocos
usos: mesas, sillas, tijeras…): Se considera material inventariable a aquel que
no se deteriora rápidamente debido a su uso. Normalmente, es propiedad de la
empresa que costea la actividad. Hay dos tipos de materiales inventariable:
-
Inventariable
por su naturaleza.
-
Inventariable
por su valor económico.
Un listado de
materiales inventariables para una actividad dirigida a educación infantil
puede ser: Mesas, sillas, tijeras, cuentos, ordenadores, incluso se puede
considerar a los espacios como materiales inventariables.
6.
Temporalización:
La temporalización
responde al tiempo que vamos a utilizar para llevar a cabo, tanto la unidad
didáctica, como las diferentes actividades dentro de la misma. No son
necesarios, pero se pueden incluir horarios para una mejor planificación.
a. Tiempo
dedicado dentro de la unidad. (Horas y días): En este apartado, debemos incluir
cuánto tiempo vamos a dedicar a esta actividad en el marco de una unidad
didáctica. No suele ponerse el tiempo exacto, pero sí lo más aproximado posible
para una mejor programación, y para asegurarnos de la buena estructura de la
unidad didáctica. No solo se debe contabilizar el tiempo de la realización de
la actividad, sino todo lo que ello implica: explicaciones, organización,
evaluación… Deben aparecer los días que se va a trabajar esta actividad, en qué
momento, y cuánto tiempo se le va a dedicar.
b. Tiempo
dedicado a cada paso de la actividad. (Horas y días): Se trata específicamente de la
actividad. En este apartado, debe aparecer cuándo y qué tiempo vamos a dedicar
a cada paso de la actividad: cuánto tiempo para organizar al grupo, cuánto
tiempo para repartir los materiales, cuánto tiempo para explicar la actividad…
y así sucesivamente.
7.
Evaluación en base a la
consecución de los objetivos:
En primer lugar,
hay que determinar de qué tipo es la actividad que hemos programado, ya que
puede ser para analizar los conocimiento previos que el alumnado puede tener
sobre algunos conceptos, para afianzar y/o profundizar en un aprendizaje, o
puede ser una actividad evaluadora, es decir, para comprobar qué aprendizajes
se han adquirido después de la actividad.
En este caso,
partimos de la base de que vamos a evaluar si se han conseguido los objetivos
propuestos en un primer momento, tanto los correspondientes a la actividad como
los que están relacionados directamente con la unidad didáctica en la que se ha
enclavado dicha actividad.
Sobre todo en
educación Infantil, hay que saber que la evaluación es de global y continua, y
por tanto, se deben tener en cuenta, no solo la adquisición final de la
capacidad, sino también el proceso por el cual se ha llegado a la misma. A la
hora de programar una evaluación, se debe tener en cuenta el nivel de
desarrollo de cada alumno, es decir, que la evaluación ha de ser, en primer
lugar, individual. También se puede realizar una evaluación grupal, e incluso,
una evaluación a los docentes que puede servir para posibles mejoras en
sucesivas actividades.
Todo este tipo de
evaluaciones se pueden realizar mediante diferentes métodos, y es en este
apartado donde se deben especificar qué métodos y técnicas se van a utilizar
para hacerlo. Estamos hablando de que se puede realizar evaluaciones mediante
tablas de frecuencia, de consecución de objetivos o no, de ítems a responder,
de preguntas específicas o a desarrollar brevemente, etc. Las técnicas a
utilizar pueden ser diarios, anecdotarios, grabaciones, y todo aquel instrumento
que pueda utilizarse para evaluar dichas adquisiciones.
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